
Articulo Especial ”OCULTANDO LA FAZ”
Existe un misterio… hay magia a través de esos colores.. el oráculo mismo jamás ha podido descifrar quienes están detrás porque guarda el verdadero rostro… la cara del ser humano para únicamente mostrar al personaje ataviado con otra personalidad… ¡la máscara!
En nuestra lucha libre desde siempre se ha glorificado un trozo de tela que cubre la identidad de quien la porta… pero desde tiempos remotos se rinde culto a esa fantasía; en época prehispánica los guerreros se ataviaban de águila, tigre o jaguar para ser más temidos en combate, eso en México pues en otras culturas como la caribeña por recordar alguna, se pintaban el rostro para mostrar mayor ferocidad, o los normandos quienes utilizaban cascos ocultando el rostro.
Viajando a días más cercanos en relación al arte de Gotch, desde luego este manto bendito se crea en México, ya se ha escrito hasta la saciedad acerca de La Maravilla Enmascarada, sin embargo no es ocioso recordar que fue el primero en guardar un secreto facial; por supuesto hay máscaras significativas.
Quizá la más preciada objetivamente hablando sea la de Santo -don Rodolfo Guzmás Huerta- pues habrá a quienes les gusten otras, pero esta seda de brillos argentinos es el estandarte.
Por supuesto Blue Demon tiene un sitio asegurado en el historial, lo mismo Rayo de Jalisco, Huracán Ramírez, Mil Máscaras, Solitario, Faraón, Aníbal… nombres sobran pero sería eterno mencionarlos. De generación en generación el enmascarado ha despertado fascinación a través de esta mágica prenda, la imaginación vuela… posiblemente las damas sueñen en Adonis o su actor predilecto, quizá el sector masculino piense en sí mismo estando bajo el antifaz.
Los diseños son de fábula… bueno la verdad no todos, sin embargo hay creaciones verdaderamente artísticas, aunque alguna voz autorizada ha expresado que las mejores son aquellas sencillas, elegantes sin mayor parafernalia o garigoleo.
No obstante según la época han llegado cambios, se han adornado con picos, diversas tonalidades, telas sofisticadas, con o sin agujeta, ajustables, de todo hay en la viña del ser en cuanto a capuchas.
Por supuesto la máscara debe reflejar la personalidad e intencionalidad del personaje, sería impensable imaginar a un rudazo con una tapa todo bondad, o bien a un exquisito con fulgores diabólicos; también la zoología cabe en este magnánimo universo, hemos visto a través de las tiempos a panteras, potros, aves, peces e incluso insectos.
Lo más preciado para un enmascarado es precisamente esa seda, el máximo encuentro dentro de la lucha libre es máscara vs máscara, han caído incógnitas auténticamente legendarias, Rayo de Jalisco -Max Linares- o Matemático -Rodolfo García- son claras ejemplificaciones-, sin olvidarnos de Angel Blanco -José Vargas-, Dr Wagner -Manuel González-, Scorpio -Rafael Nuñez-, Kung Fú -Ray Acosta-, Kato Kung Lee -Johnny Lezcano-, Mano Negra -Chucho Reza-, Cien Caras -José del Carmen Reyes- y así la podríamos ir llevando hasta llegar a Renato Ruíz, el malévolo Averno.
La máscara significa fantasía, una galaxia fabulosa en el deporte de las llaves, pero sobre todo resguarda a la persona que quiere ser estrella llevando una vida apacible fuera del cuadrilátero, he ahí en dónde radica la pasión por saber quien está detrás la careta.
Quien sabe… quizá su vecino sea el gran campeón enmascarado y usted -citando al maravilloso escritor de orígen árabe Gibrán Jalil en su obra Los Siete Disfraces- ¿cuál tipo de máscara utiliza?
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